El pasado 31 de mayo, la Escuela de Ciencia Política y RR. II., en su línea de extensión académica Política y Religión, realizó el segundo encuentro referido a cómo los escándalos/abusos sexuales perpetrados por ministros de la Iglesia Católica se vienen dando y cuáles podrían ser los efectos en la iglesia no sólo nacional, sino que también Global. Para ello se organizó el CONVERSATORIO “EL PAPA Y LA CONFERENCIA EPISCOPAL CHILENA: ¿CAMINO A OTRA IGLESIA NACIONAL Y GLOBAL?”.
En la cita, se tuvo oportunidad de dialogar y discernir algunas consideraciones con la Periodista y experta en Teología Fundamental Carolina del Río, la cual, en términos globales afirmó que la iglesia nacional ineludiblemente enfrenta una tensión estructural, la cual necesariamente debe permitir una nueva y que sea capaz de recoger las orientaciones del Concilio Vaticano II, en cuanto a su noción evangélica y doctrinal de que todas y todos son Pueblo de Dios. Desde lo político destacó la importancia que tuvo la irrupción de la sociedad civil laical, sobre todo la de Osorno de persistir en apropiarse de lo que por derecho les corresponde, esto es, la Iglesia, su Iglesia.
En la línea política, también destacó la importancia que tiene lo sucedido en Chile al interior del gobierno de la Iglesia Universal. No existe precedente de que tras la visita Pastoral/política/geopolítica de un Papa, más la sospecha fundada de que existen abusos/delitos sexuales perpetrados por miembros de la iglesia que comanda, llame a la Conferencia Episcopal completa, cuando se encuentran reunidos en Punta de Tralca y les exija, ya instalados en el Vaticano, tras sendos documentos preparados por él mismo, una acción de parte de ellos, la que se tradujo, finalmente, en colocar sus cargos a la disposición del máximo Jerarca Católico. Eso es muy nuevo en lo simbólico y es un antecedente político interno como externo. Afirma Carolina, que ante la evidencia de los abusos sexuales perpetrados, se debe acompañar la acción con la justicia Civil y Penal contra los abusadores. Es una acción que necesariamente se debe concretar, de lo contrario, se calificará a la misma como trunca y, por defecto, no culminada. Ello, en su opinión resta oportunidad de re – legitimar a la Iglesia.
Finalmente, afirma que lo más importante de lo ocurrido y ocurre, es lo que vendrá en orden a los cambios fundamentales que debe tener la iglesia católica, sobre todo cuando recoja otra vez la idea del Concilio Vaticano II: Pueblos de Dios.