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INAUGURACIÓN AÑO ACADÉMICO

INAUGURACIÓN AÑO ACADÉMICO ESC. DE C. POLÍTICA, GOB. Y GESTIÓN PÚBLICA CON LA SUBSECRETARIA DDHH HAYDEE OBERREUTER.

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La Escuela de Ciencia Política Gobierno y Gestión Pública de la UAHC invita a la inauguración de su año académico 2022 con la conferencia “La institucionalidad de los DDHH en democracia”, que dictará la Subsecretaria de Derechos Humanos Haydee Oberreuter el miércoles 27 de abril a las 12:00 horas en el Auditorio Salvador Allende (Condell 343).

Oberreuter ha sido dirigente social y directora de la Corporación de Familiares de Ex-Prisioneros Políticos Fallecidos de Chile, donde luchó por el reconocimiento y la reparación para los sobrevivientes de las violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante la dictadura de Pinochet. También es profesora de Educación General Básica con mención en Ciencias Sociales de la Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez.

Comentan:

Álvaro Ramis, Rector UAHC, docente Escuela de Ciencia Política, Gobierno y Gestión Pública UAHC.

Rodrigo Gangas, Director de la Escuela de Ciencia Política, Gobierno y Gestión Pública

Tamara Vidaurrazaga, Jefa de la carrera de Ciencia Política.

 

 

El pasado 10 de diciembre  fue lanzada la novela “Saltar las estaciones” de RIL Editores, del autor Exequiel Monroy Moreno profesor titulado de UAHC. La novela cuenta con el prólogo de Rodrigo Gangas, director de la Escuela  de Ciencia Política, Gobierno y Gestión Pública. A continuación compartimos el prólogo

Prólogo

Saltar las estaciones es una lectura necesaria que nos ayuda a comprender nuestra historia reciente, pero también a comprendernos, por que en este libro también están reflejadas nuestras propias vivencias, nuestras propias emociones y sentimientos sobre los acontecimientos de nuestro país.  Permite reafirmar una visión distinta de la política, una que va más allá del análisis racional de las instituciones y los resultados electorales, sino aquella actividad política que surge desde las emociones, desde la subjetividad, desde la rabia, el cariño, la frustración, y todo aquello que nos define como persona.  Y es por eso que su tratamiento de los acontecimientos recientes, en el estallido social de octubre del 2019, adquiere una dimensión más allá de la explicación que desde distintas disciplinas se han dado del fenómeno, y de lo cual se deben rescatar al menos tres aspectos.

En primer lugar, no podemos entender el estallido social como un fenómeno disociado de su historia, como una bomba de violencia que arrasó de cuajo con la institucionalidad.  Darle esa explicación nos llevará a un análisis simplista de sus causas y consecuencias, pensar en un acto irracional de una masa iracunda solo nos deja en aquellas explicaciones sustentadas en los discursos de odio, violencia y de la necesaria seguridad o resguardo que puede garantizar la violencia estatal.  Por otro lado, pensar ese proceso de octubre como un fenómeno nuevo, insospechado, que “no se vio venir”, es caer en la infantilización y no reconocimiento de la importancia del proceso vivido.

Por el contrario, debemos comprenderlo dentro de un proceso de mediana o larga duración, que forma parte de nuestra historia reciente, contemporánea, y que comenzó con un acto de violencia peor a la vista en ese octubre de 2019, ese acto que acabo con los sueños de miles de chilenos y chilenas y que se vio coronado en la más grande brutalidad del bombardeo al palacio de la moneda, una dictadura sangrienta y las consiguientes violaciones a los DDHH.  Por lo tanto, el estallido social es también fruto de esa experiencia acumulada por décadas y generaciones de una sociedad que fue brutalmente aplastada,  y que no solo vivió la brutalidad de la violencia estatal, sino que además aquella violencia simbólica, cultural, económica, social y política del modelo que generó como consecuencia, ese modelo que fue transado en una interminable transición política, donde la democracia frágil de la década de los noventa no alcanzó para devolver la dignidad de una sociedad que fue neoliberalizada  a fuego por los militares y la clase política. En ese sentido este libro nos permite, y en especial a las generaciones jóvenes, comprender este proceso reciente y como estos procesos históricos se encuentran íntimamente relacionados.

En segundo lugar, el estallido de octubre se comprende además con aquella experiencia acumulada de más de una década de movilización social.  Desde el inicio del nuevo milenio, el sistema político institucional se vio enfrentado a un proceso de tensiones y conflictos, que en una escalada continua fue cuestionando el modelo heredado desde la dictadura.  Esa acumulación de fuerza, de potencia movilizadora, de poder originario y fundante, que se expreso en las movilizaciones del 2001, 2006, 2011, 2015, y que tuvo su mayor nivel de explosión en el 2019, es la muestra de una necesidad de cambios sustentados en el rechazo a un modelo abusivo, pero también a la revalidación y expresión de nuevos y tradicionales sujetos histórico-políticos que se expresaron cada vez con más fuerza, y que permitieron ir sentando bases de movilización social asociadas la disconformidad con lo heredado en un juego de transacciones excluyentes.  No son 30 pesos, son 30 años, reza el mensaje que la sociedad repite constantemente desde hace ya un tiempo.  Desde el 18 de octubre del 2019, el proceso de movilización social ha desestabilizado todo aquello que se configuró en un pacto de transacciones desde el fin de la dictadura, y que nos ha puesto en un nuevo transito, un nuevo ciclo coronado por la convención constituyente.

En tercer lugar, este libro nos habla de ese sujeto histórico que, desde sus distintas emocionalidades, vivencias e historias, busca dejar de ser actor secundario, para ser el principal invitado en la obra.  Los y las jóvenes depositarios de una historia trágica e inconformes de un modelo que debieron soportar, incluso desde la exclusión y la marginalidad, todo aquello que no estuvieron dispuesto a seguir soportando, aquellos y aquellas jóvenes que en el mochilazo del 2001 y la revolución pingüina del 2006, como también en la movilización del 2011, nos dijeron que era posible hacer cambios importantes en la estabilidad de la democracia consensuada.  La estabilidad del sistema, valor asociado al exitismo y el control por parte del adulto-centrismo, comenzó poco a poco a verse enfrentado con un grupo de la sociedad que desde la acción colectiva vuelve a politizarse.

El 18 de octubre, nuevamente son los y las estudiantes secundarios que, rechazando una medida de alza de pasaje de 30 pesos en el metro, en un acto de gran solidaridad ya que a ellos nos les afectaba en lo particular, comienzan una masiva evasión en el sistema de transporte público.  Desde esa fecha, la historia se ha ido construyendo día a día en la plaza Dignidad y en todos los territorios donde la movilización social ha extendido sus brazos.  Luego de dos años de ese salto al torniquete, si bien el balance del conflicto a sido alentador en algunos aspectos, como por la posibilidad de un cambio en las reglas del juego, también ha desastroso en otros.  Principalmente en lo que respecta a las sistemáticas violaciones a los Derechos humanos desde octubre del 2019, lo que ha demostrado que lo aprendido en 17 años de dictadura no solo no se olvido, sino que además se perfeccionó durante estos últimos 30 años. Miles de detenciones ilegales, cientos de mutilados y torturados y decenas de fallecidos ha sido el nefasto balance con el que tendrá que sobrevivir nuevamente el estado y sus instituciones de orden y control.  Hoy nuevamente nos encontramos frente a la tragedia, nuevamente somos testigos como la brutalidad de la violencia estatal, ha marcado para siempre las vidas de nuevas generaciones.

Son esas mismas generaciones de jóvenes que se conectaron desde sus vivencias con su pasado, con su historia y que comprendieron la responsabilidad de construir un nuevo futuro.  Por eso este libro cobra tanta relevancia, por que nos permite comprender que siempre habrá nuevas generaciones que estarán no solo dispuestos a saltar los torniquetes para expresar su descontento, sino también saltar las estaciones del tiempo y conectarse con su propia historia, y que desde hace décadas  nos han impulsado a continuar creyendo  en la posibilidad de una sociedad más solidaria, tolerante y democrática.

Rodrigo Gangas C.

La florida, 2021

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Director de Escuela Rodrigo Gangas publica columna de opinión.

¿Hay polarización en Chile?

La polarización política es un fenómeno donde se enfrentan dos posiciones con amplia distancia ideológica, mutuamente excluyentes y con un alto nivel de radicalidad en sus ideas, en este escenario el centro político tiene vital importancia, ya sea por que es el articulador del consenso que permite moderar las posiciones o bien por que su posición también constituye un proyecto excluyente alentando las posiciones extremas.

En un escenario electoral polarizado, los polos buscan consolidar sus espacios electorales, con proyectos ideológicos, a fin de que la competencia se defina más por la radicalidad que por la moderación, es decir el sistema opera en un juego de exclusiones sin posibilidad de establecer alianzas con el centro. En Chile, esta situación se vio con fuerza durante la década del sesenta y setenta, donde las posiciones se consolidaron en tres tercios electorales -una derecha, un centro y una izquierda-, claramente definidos con proyectos ideológicos y donde el centro actúo de manera excluyente, situación que no se vive hoy en el sistema político chileno.

Por cierto que hoy existen proyectos contrapuestos, sin embargo después de la primera vuelta electoral, las posiciones -al menos la del candidato de Apruebo Dignidad con mas claridad- fueron rápidamente a buscar los apoyos del centro político y consolidar un eje que se vio claramente en la reconfiguración de los programa. En un escenario donde las posiciones han buscado los apoyos del centro político y la fuerza es más hacia el centro que hacia el extremo, no podemos decir que existe una alta polarización.

Y si no hay polarización, ¿por qué existe la sensación de que las elecciones del 19 de diciembre del 2021 son entre dos proyectos excluyentes que tienden a radicalizar y extremar el sistema? Una respuesta a la pregunta puede ser por el posicionamiento de un actor que desde hace ya varios años se ha instalado en el sistema, y que desde la marginalidad ha ido construyendo y posicionando un discurso radical y extremo, haciendo uso de distintos medios, para presentarse hoy como alternativa presidencial, esa es la extrema derecha.

El posicionamiento político de la extrema derecha en el sistema político forma parte de un proceso de descomposición del sector, y por cierto también del sistema político. Es efectivo que, en momentos de crisis política, reflejada principalmente en el gobierno y las instituciones democráticas, los personalismos autoritarios comienzan a tomar forma y a posicionarse como alternativas. El surgimiento de caudillos autoritarios no son un fenómeno ajeno a la realidad política actual, tanto en Latinoamérica, como Estados Unidos y Europa, la posición de la extrema derecha ha ido lentamente ocupando espacios de poder. Y aún cuando en Chile ese fenómeno se contuvo desde la institucionalidad del sistema de partidos y la política centrista, la posibilidad de personalismos autoritarios que desprecian la democracia y relativizan sus valores, entre ellos el respeto por los derechos humanos, poco a poco se fue instalando como una realidad con capacidad de acceder al sistema político en sus distintas instituciones.

¿Es nueva la extrema derecha en Chile? Quizás el fenómeno de posicionamiento de una alternativa radical en el extremo derecho puede resultar como un fenómeno nuevo e incluso algunos podrán ni siquiera percibirlo, hasta llegar al punto de desconocerlo e indicar que es una minoría que se vio reflejada en el 20% del rechazo hacia la nueva constitución. Sin embargo, pensar que la fractura que hoy se enfrenta en el calor de la campaña electoral, es sinónimo de debilidad política, es un error, y es que efectivamente el discurso radical de derecha tiene la capacidad de mimetizarse, disfrazarse con el ropaje democrático liberal, y desde ahí postular todas las consignas que los representan.

La extrema derecha en Chile no es nueva, es la misma derecha que colaboró con la dictadura de Pinochet, que tiene su origen en el gremialismo, y que fue actor clave del pacto transicional. Esa derecha es la misma que se asentó en la nueva democracia desde los enclaves autoritarios, los senadores designados y el sistema electoral binominal, la misma derecha que estuvo en contra de todos los avances en materia de derechos individuales y sociales, incluida el cambio constitucional, la misma derecha que defiende el “legado de la dictadura” y que visita Punta Peuco solicitando cada tanto un indulto humanitario, sin reconocer su responsabilidad, incluso como “cómplices pasivos” de las violaciones a los Derechos Humanos. Esa derecha que se disfraza de democrática, y que luego de su posicionamiento en primera vuelta cerro filas con el caudillo extremo, sin complejos ni ataduras, su logro ha sido instalar discursivamente una hegemonía en torno al discurso del miedo, la seguridad, la propiedad privada y una falsa ilusión de libertad. Si hasta hace poco el discurso del emprendimiento resultaba aglutinador para los deseos de una sociedad neoliberalizada, y esto se reflejó en las dos elecciones de Sebastián Piñera, hoy ese eje se encuentra agotado, el candidato que tomó esa posta no tenía ni los recursos, ni la credibilidad para sostener un discurso del emprendimiento, por cuanto la derecha vuelve a su eje original, un espacio que no busca de la negociación centrista de la transición para instalar su visión de mundo.

Pero la existencia de una derecha radicalizada no significa que vivamos en un escenario de polarización. Se requiere de dos para bailar tango, y por ahora solo un actor sigue en la posición extrema buscando radicalizar y extremar las posiciones. La idea de un país dividido en dos proyectos excluyentes ha permitido colocar la discusión en un registro valórico entre “buenos y malos, libertad y dictadura, democracia y comunismo”, etc. La instalación del miedo ha sido siempre el mejor espacio para la derecha extrema, y en ese sentido instalar la imagen de un país dividido en dos proyectos excluyentes, con alto nivel de polarización, es un ejercicio que logra administrar mejor. Si bien las próximas elecciones representan dos proyectos distintos, y efectivamente existe tensión en el sistema, especialmente por el cambio del régimen político y la nueva constitución, al menos uno de esos sectores ha comprendido de la necesidad de construir una mayoría gobernable que un sistema polarizado no puede garantizar.

Rodrigo Gangas
Cientista Político
Director Escuela de Ciencia Política, Gobierno y Gestión Pública UAHC

Fuente: https://www.lemondediplomatique.cl/hay-polarizacion-en-chile-por-rodrigo-gangas.html

Docente de nuestra Escuela Pamela Valenzuela publica columna de opinión sobre el balotaje.

No da lo mismo.

“Octubre de 2019 puso en jaque el Chile neoliberal con su democracia cercada. Esa posibilidad permanece expectante ante nosotres y es desde esa urgencia que escribo, urgencia que nos confronta y obliga a decidir…”

Hay momentos donde el tranco de la historia se densifica y se vuelve un vórtice en donde los posibles cauces abren la realidad a posibilidades que podrían haber parecido remotas hace algunos años atrás. Más aún luego de haber vivido nuestra Revuelta que permitió el camino a transformaciones que por décadas fueron pospuestas o simplemente olvidadas bajo el largo imperio de 30 años de la medida de lo posible, en el que a muchas nos tocó caminar nuestra juventud y vida adulta. Octubre de 2019 puso en jaque el Chile neoliberal con su democracia cercada. Esa posibilidad permanece expectante ante nosotres y es desde esa urgencia que escribo, urgencia que nos confronta y obliga a decidir.

Escribo con un nudo en la garganta, porque… ¿Cómo decir en unas pocas líneas verdades y sentimientos políticos, que al mismo tiempo son memorias compartidas con quiénes simplemente nos hemos sostenido a lo largo de la vida compartida?

Escribo pensando en mis compañeras de revuelta, con las cuales nos alzamos hace ya cuatro años en Huelga General Feminista ante todas las violencias que nos precarizan, e instalamos en el acontecer del país que nuestras vidas son un problema político, que el capitalismo patriarcal no piensa, ni quiere resolver. Nosotras si sabemos cómo queremos sea resuelto, y que para hacerlo es necesario construir otro tipo de sociedad, una que ponga en el centro la vida toda, que no se rija por el principio de la acumulación y concentración de las riquezas en las mismas pocas manos de los últimos 48 años de nuestra historia.

Hilo estas palabras desde aprendizajes y experiencias compartidas en el Comité de Trabajadoras y Sindicalistas en la lucha por trabajos libres de violencia y acoso laboral, de la erradicación de todas las brechas laborales que afectan a las mujeres y disidencias, que empiezan con la existencia de trabajos no remunerados y no reconocidos pero que sostienen las vidas. De nuestro deseo político para que sean reconocidos y valorizados socialmente, y que el derecho al trabajo digno y a la sindicalización, el derecho a cuidar y ser cuidada sean una realidad para todes en nuestro país.

Escribo llamando entre pensamientos a los, les y las compañeras con que a fines de los 90 y principios de los 2000 retomamos las calles luchando por la educación gratuita y la democratización de nuestra universidad, rebelándonos contra la medida de lo posible, y que juntes derribamos los estatutos de la dictadura y conquistamos que el destino de nuestra casa de estudios fuera decidido por toda la comunidad universitaria.

Trazo estas líneas recordando a las luchadoras incansables de la salud, que desde organizaciones sociales y de trabajadores levantaron la consigna de “Una nueva salud por una nueva sociedad“ y que en plena revuelta salieron valientemente a las calles a interponerse entre las balas de la fuerza policial disparadas al pueblo, salvando vidas. O de las compañeras infatigables con que marchamos clamando por el fin de las AFPs y pensiones dignas.

Escribo pensando en mi madre Sonia, que un 11 de septiembre de 1973 debió dejar su casa en La Serena y huir saltando panderetas, ayudada por el hijo de una compañera. Con mi hermana en brazos y un bolso con un poco ropa y algunos recuerdos, para regresar a un Santiago torturado a ocultarse, en la incertidumbre de no saber si mi padre había podido sobrevivir, de escuchar cada día nombres de personas queridas asesinadas, de ver la impunidad más horrible transcurrir ante sus ojos.

Escribo recordando a Domingo, mi padre, cuyo nombre consignado en el decreto de los más buscados en el país por la dictadura, nos sentenció (al igual que a muches otres) a vivir en clandestinidad hasta 1990. Vienen a la memoria su voz y sonrisa en los ojos narrando hermosas historias de compañeras y compañeros que a lo largo del país resistían y se organizaban para derrotar la dictadura. Que en medio de la muerte y tristeza de la tiranía, era posible encontrar fuerzas para organizar la resistencia, en saber que vivir para defender la vida toda es una forma ineludible de derrotar la desesperanza. Que un día seríamos millones tomando las riendas de un destino de dignidad y sabríamos que todo habría valido la pena, y ese día llegó y fuimos millones renombrando calles y plazas, volviendo a llamarnos pueblo.

Hemos dicho Nuestra Urgencia es Por Vencer, y es porque en esta declaración está contenido nuestro deseo radical de transformarlo todo: de que la vida no puede ser vivir y morir precariamente. Pero también porque esta afirmación contiene un andar de luchas que se entrelazan en el tiempo y en la memoria, que es personal y colectiva. Escribo hablándole a cada una de esas personas con las que compartí la calle y destino. Sé que esa historia no es solo mía, es la de una generación entera. Desde la infancia clandestina al deseo hecho convicción de que no volveré a vivir en un país gobernado por quiénes hacen apología de los crímenes de la dictadura y nos prometen nuevas amenazas.

El 19 de diciembre votar o no, no da lo mismo, ese día salir a votar es salir a luchar. Votar 1, votar por Gabriel Boric es una decisión consciente. Meditada y conversada no solo con las compañeras de ruta feminista, sino que también con esa multitud hermosa que puebla los territorios de la memoria. Que quiere que todes les niñes puedan sonreír y florecer. Que sabe que las, los, les trabajadores no tienen fronteras, que no existen personas ilegales, que merecemos un mundo en que podamos decidir quiénes somos y cómo habitamos nuestros cuerpos y territorios. Que es simplemente elegir el camino que nos permite esa posibilidad, y no una donde estaremos desde una posición de resistencia, persecución y más pobreza. Que es lo que nos permitirá defender el proceso que abrimos los pueblos por una Nueva Constitución que consigne los derechos de todas y todes, para el día de mañana poder seguir movilizándonos en nuestras calles por más y más derechos, justicia, libertad, igualdad y Dignidad, por todas y todes, porque Somos Más .

Este 19 diciembre si votaste apruebo, no votes rechazo.

Fuente: https://www.elciudadano.com/chile/no-da-lo-mismo/12/13/

 

Docente Iván Pincheira publica columna de opinión.

El Candidato Boric y el Miedo al Delito

El problema del delito no está ausente dentro de las propuestas que sustentan la candidatura de Gabriel Boric. Al igual que temas tales como educación, salud, pensiones, desarrollo económico, trabajo, poder local, feminismo, recuperación post pandemia, crisis climática y medio ambiente, derechos humanos, derechos sociales, vivienda, infancia, pueblos originarios, política rural y agricultura, cultura y deporte, su programa presidencial también considera a la seguridad ciudadana como uno de los ejes de acciones a ejecutar de resultar vencedor en el balotaje, fijado para el 19 de diciembre del 2021.

Según se lee en su agenda programática, se constata la inefectividad de las políticas de seguridad. Este fracaso habría transformado a muchos territorios en zonas de sacrificio de la inseguridad. Se asume, así, la existencia de barrios y comunas que han sufrido de forma desproporcionada el aumento de homicidios, armas y violencia. Para el candidato Boric, el temor constante en que viven sus habitantes es un caldo de cultivo para el populismo penal. De ahí que, en vez de implementar estas medias efectistas pero ineficaces, se priorizará la prevención con la participación de las comunidades afectadas, para favorecer una mayor eficacia colectiva a través del fortalecimiento de la cohesión social.

Dentro de las propuestas está la creación del Ministerio de Seguridad, Protección Civil y Convivencia Ciudadana. Esta fórmula de gobernanza de la seguridad pública permitirá avanzar en la descentralización, apoyando a gobiernos regionales y municipales para que asuman roles más sustantivos en el gobierno del delito. La reforma estructural de Carabineros es otro de los tópicos abordados en el programa de Boric. Consolidando mecanismos que permitan una distribución del personal policial ajustada a las necesidades del país, enfatizando en la presencia de la policía en aquellos lugares donde más se la requiere.

Contar con un nuevo sistema de control de armas es otra de las áreas de trabajo proyectada desde el conglomerado Aprueba Dignidad. Una política de tolerancia cero respecto a los delitos financieros bajo una ruta efectiva de seguimiento, es otra de las iniciativas. Comprendiendo que la prevención del delito debe ser más adecuada, se implementará el nuevo Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil que reemplazará al SENAME. También, se le otorgará prioridad especial a la ciberseguridad. Del mismo modo, se fortalecerá las fiscalizaciones para terminar con el uso ilegal de fuegos artificiales.

Respecto al sistema penal, se plantea combatir el hacinamiento y las malas condiciones de higiene y salubridad. En este mismo ámbito de problemáticas, se propiciará la aprobación de una ley General de Víctimas de Delito, creando el Registro Único de Víctimas de delito y un Fondo de Reparación Económica para Víctimas de Delitos Graves y violencia estatal, tales como femicidios, homicidios, lesiones graves y gravísimas, delitos sexuales.

Como hemos podido comprobar, la problemática delictiva no es un contenido ausente en el programa de Boric, comprendiéndose como un compromiso ineludible de abordar. No obstante, luego de la primera vuelta electoral, se alentará un vuelco en el discurso del presidenciable magallánico. El problema del delito, y la estela de temor que conlleva, se convertirán en tema principal una vez iniciada la campaña hacia balotaje.

 En este tenor, transcurridos pocos días de efectuada la primera vuelta de la elección presidencial, Gabriel Boric efectuará su primera actividad pública; en lugar elegido será la comuna de La Pintana. Allí, anunciará que el problema de la seguridad y del combate al delito se establecerán como la nueva prioridad de su propuesta de gobierno.

A través de su cuenta en twitter, la alcaldesa de esta populosa comuna, Claudia Pizarro, proporcionará detalles sobre cómo se gestó esta visita. Señalando que el domingo, mismo día en que se desarrollaron las votaciones, recibió el llamado del candidato de izquierda, invitándola a trabajar para la segunda vuelta. Así, Boric recorrió la población Santo Tomás, uno de los sectores más segregados de La Pintana.

Respecto de la actividad, en un nuevo mensaje publicado en la red social twitter, la alcaldesa Claudia Pizarro, militante de la Democracia Cristiana, comentará que las víctimas de delitos violentos solo esperan empatía de parte del Estado, que las abandona a su suerte. Ante este escenario adverso, en La Pintana, se habría logrado el compromiso genuino de Gabriel Boric, quien escuchó y empatizó con su dolor.

Más allá de asociarla a una estrategia electoral, cuyo objetivo sería acercar al candidato a la Democracia Cristiana, puesto que la falange hasta ese instante no había oficializado aún su apoyo al abanderado surgido del Frente Amplio, esta actividad, que da inicio a la campaña hacia el balotaje, se torna trascendente por las definiciones aquí anunciadas.

Una vez finalizado este encuentro, en un punto de prensa, el abanderado comentará que el tema de la seguridad durante mucho tiempo ha sido ajeno a las fuerzas progresistas. Por ello, afirmando haber bajado del árbol para estar en los territorios, manifestará estar con los vecinos y vecinas, chilenos y chilenas que quieren seguridad y justicia para vivir en paz. Se trata, opina, de un compromiso inclaudicable para enfrentar al narcotráfico, la delincuencia, para recuperar los espacios públicos, controlar el uso de armas y municiones, fuegos artificiales, redistribuir dotación de Carabineros y apoyar las demandas de las víctimas de la delincuencia.

Al día siguiente, vía twitter, el representante de la izquierda chilena, profundizará en este nuevo enfoque adoptado para su campaña. Para Boric, la realidad de los barrios de La Pintana refleja el día a día de cientos de lugares que se ven constantemente amenazados por la delincuencia y el narcotráfico. La publicación en redes sociales incluye un video en que, junto con recoger imágenes de su paso por La Pintana, el candidato reflexionará sobre su reunión con víctimas de la delincuencia. Quienes le hablaron del temor y la rabia con los narcotraficantes que se han tomado las poblaciones, y de cómo la policía y el Estado han sido ineficientes en combatirlo. Reiterando su promesa de ser implacable en la persecución de la delincuencia y el narcotráfico, se comprometerá a jugársela para que los barrios sean lugares seguros, en donde los niños puedan jugar en las calles, las personas mayores puedan circular. Donde no halla riesgo de llegar o salir de la casa, concluirá.

Coherentemente con el posicionamiento del miedo a la delincuencia como foco principal en su campaña presidencial, al mismo tiempo que tomaba contacto con la alcaldesa Claudia Pizarro, el candidato Boric sumará a su comando a Lucía Dammert y Eduardo Vergara, reconocidos expertos en temas de seguridad pública. Este último, Eduardo Vergara, quien estuvo presente en la visita de Boric a La Pintana, en una entrevista concedida al diario La Tercera (23/11/2021), explicará que la seguridad y el orden serán cruciales en esta campaña. Boric le habría solicitado dar prioridad a los barrios más críticos, trabajar para que las policías estén donde generen mayor valor social, y trabajar por la seguridad como un derecho, aseguró el experto al diario La Tercera. La ciudadanía quiere respuestas y hoy estas no pueden quedar solo en el populismo, en más cárcel y shows vacíos. La seguridad no puede seguir siendo sinónimo de desigualdad, donde la protección y los recursos quedan reservados para quienes más tienen, concluirá.

La sensación de inseguridad frente a acciones consideradas delincuenciales se hace visible ya desde los años noventa. Distintos centros de estudio, fundaciones, medios de comunicación y el mundo político conformarán un círculo de hierro, que tendrá en el delito, y en el temor que acarrea, un objeto preferente de atención.

Si durante la presidencia de Patricio Aylwin no se fue insensible a esta temática, asumiendo en la diada terrorismo/delincuencia un campo significativo para la acción gubernativa, posteriormente, bajo el mandato de Eduardo Frei comenzarán a delinearse medidas dirigidas más directamente al problema de la delincuencia. Iniciada la nueva década, con Ricardo Lagos en La Moneda, en base al asesoramiento y recomendaciones de paneles de expertos, se irán instituyendo políticas permanentes para el enfrentamiento del delito. Michel Bachelet y Sebastian Piñera, a través de elaborados planes y publicitadas estrategías antidelincuencia, continuando el camino trazado por sus antecesores, encontrarán en el miedo al delito un eje central de sus agendas de gobierno.

Ahora bien, si la problemática de la delincuencia, y la sensación de temor que genera en la población, han sido tópicos reiterados de la práctica gubernativa en el Chile postdictadura, la preferencia del candidato Boric por esta misma temática en vista al balotaje, nos parece, no revierte mayor novedad. Pero, sí puede significar un mayor riesgo. Puesto que,

de no considerar la urgencia de materializar cambios profundos a las estructuras económica, política y cultural del país, tarea difícil de realizar en cuatro años de gobierno, al adoptar un tono confrontacional frente a la delincuencia, más bien, se podría redundar en el reforzamiento de las perspectivas persecutorias, excluyentes y estigmatizadoras que han dominado hasta ahora la, ya tantas veces declarada, guerra a la delincuencia. Disputando la propiedad de este relato: la derecha chilena ya comienza a exigir explicaciones.

El Candidato Boric y el Miedo al Delito

 

INICIO DE AÑO ACADÉMICO DE LA ESCUELA DE CIENCIA POLÍTICA

La Escuela de Ciencia Política UAHC invita a la inauguración de su año académico 2021 con una actividad que contará con la bienvenida del rector Álvaro Ramis a la comunidad académica. Participa también el director de la Escuela de Ciencia Política, profesor Rodrigo Gangas para dar paso a una conferencia central del abogado, ex diputado y diplomático, Luis Maira.

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Sobre el expositor:

Luis Maira fue Diputado durante la Unidad Popular. Tras el golpe militar vivió su exilio en México entre los años 1974 y 1985. A su retorno a Chile se integró al Comité Directivo del Comando Nacional por el No para el Plebiscito de 1988.

Se desempeñó como Embajador de Chile en México (1997 y 2003) y en Argentina (2004 y 2008). El año 2013 fue el representante de nuestro país en las negociaciones por la paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de Colombia.

Entre sus libros se cuentan “Los tres Chile de la segunda mitad del siglo XX”, “La política internacional subnacional en América Latina” y “Chile-México. Dos transiciones, frente a frente” (junto a Carlos Elizondo).

Sigue la actividad a través del Facebook Live de la Academia: www.facebook.com/universidadacademia

 

 

UAHC EDITA PUBLICACIÓN GRATUITA CON REFLEXIONES DE ACADÉMICOS/AS Y FOTOGRAFÍAS DE ESTUDIANTES A UN AÑO DEL ESTALLIDO SOCIAL

Al conmemorarse este 18 de octubre, la principal chispa que encendió el estallido social, la Universidad Academia de Humanismo Cristiano compartirá una selección de columnas y reflexiones de sus docentes, que abarca el último año de movilización social y sus principales hitos.  

Sociólogos/as, antropólogos/as, historiadores/as, psicólogos/as, trabajadores/as sociales y otros/as docentes de la casa de estudios analizaron y describieron estos momentos clave, desde las grandes evasiones del metro, las concentraciones frente a La Moneda, las primeras escaramuzas en Plaza Baquedano y la transformación de este hito por el de Plaza Dignidad, entre otros hechos, son parte del texto “18-O: Una radiografía desde la Academia”

La publicación funciona como una bitácora de este período histórico -aún en conformación- al registrar artículos de opinión acerca del recrudecimiento de la violencia policial, reflexiones sobre la estremecedora mutilación ocular de hombres y mujeres víctimas del uso de escopetas antimotines de Fuerzas Especiales, la declaración de guerra del presidente Sebastián Piñera y las expectativas de un cambio social que rápidamente se propagó a la discusión institucional materializándose hoy en un proceso constituyente. 

En esta publicación colectiva participan los docentes de nuestra carrera, Hugo Fazio, José Orellana, Tamara Vidaurrazaga, Álvaro Ramis y el director de Escuela Rodrigo Gangas.

 

Director de Escuela publica columna de opinión.

El director de nuestra carrera, Rodrigo Gangas publica columna de opinión “Clivaje constituyente: una historia de quiebres y acuerdos” en @elmostrador.

En su columna el profesor Gangas sostiene que “El nuevo clivaje tendrá la posibilidad de superar el modelo heredado y la eterna transición pactada, el gatopardismo del “reformar para no cambiar nada” podría quedar atrás para dar paso a nuevas distinciones, nuevos ethos para dotar al sistema de nuevos valores. Sin embargo y al igual que hace 30 años, el solo plebiscito no cambiará las cosas, se requiere mucho más para que el clivaje constituya las nuevas posturas y las formas de comprender y alinear a la sociedad. Es necesario aprender de los errores del pasado, comprender que la discusión sobre la Constitución es fundamentalmente política y esa disputa se configura con actores de poder. Serán esos actores, institucionales y no institucionales, los que definirán las nuevas posiciones.”

Clivaje constituyente: una historia de quiebres y acuerdos