El día jueves 7 de diciembre la profesora Antonieta Vera, académica de nuestra Escuela, expuso la ponencia titulada “Moral, excepcionalismo y representaciones de la femineidad: tomas de la palabra pública entre mujeres populares (Chile, comienzos siglo XX)” en el Grupo de Trabajo Género, Feminismos y sus aportes a las Ciencias Sociales, del Congreso Latinoamericano de Sociología (ALAS), el cual tuvo lugar entre el 3 y 8 de diciembre en la ciudad de Montevideo.
La ponencia es producto del trabajo de la profesora Vera como co-investigadora del Fondecyt Regular Nº1161532 “Hacia una sociología de la cultura popular ausente. Corporalidad, representación y mediatización de ‘lo popular reprimido’ y ‘lo popular no representado’ en Santiago de Chile (1810-1925)”, cuya investigadora responsable es Chiara Sáez.
La poencia aborda como los estudios culturales y las teorías feministas pos/decoloniales han desarrollado durante las últimas décadas una reconceptualización de la modernidad a partir de las historias y experiencias de los subalternos. Esta ponencia tiene por objetivo mostrar algunas de las contradicciones subjetivamente vividas por mujeres de origen popular cuyas trayectorias –si bien heterogéneas- muestran también ciertas continuidades con respecto a las tensiones con los movimientos feminista y de izquierda de la época. Así, siguiendo los usos estratégicos de aquello que he denominado “el discurso de la superioridad moral de las mujeres” (Vera, 2016) tanto en las voces de las obreras como en la de Mistral (Vera, 2014), me propongo mostrar cómo la excepcionalidad de lo femenino popular en el espacio público, confrontó a estas mujeres a una serie de vivencias paradojales que no lograron ser intelegibles para estos movimientos progresistas. Estas vivencias del sujeto femenino popular ilustran aquello que Kimberle Crenshaw (1995) ha denominado “la dimensión interseccional de la desposesión”. Tal situación redundaría en un tipo de soledad política cuyo efecto más complejo se cifraría en un agenciamiento que dependería del confirmar -en gran medida- el régimen representacional de “lo femenino” a comienzos del siglo XX en Chile.