Columna del Profesor Jose Orellana, sobre las próximas elecciones en Bolivia

Evo, Carlos, Oscar y Chi: proyectos políticos con un mar de fondo

“Hay un tema pendiente en la región: el mar. El mar es indispensable para la vida, para la integración y desarrollo de los pueblos, por ello Bolivia no renunciará a su derecho de acceder soberanamente al Océano Pacífico”, dijo el Mandatario[1].

La cita corresponde al pronunciamiento del presidente Evo Morales en la última Asamblea de Naciones Unidas (74), donde lejos de NO reconsiderar el fracasado fallo del 1º de octubre del 2018, cuando la CIJ indicó contundentemente que Chile NO estaba obligado a negociar con Bolivia una salida soberana y útil al Océano Pacífico, ya encontró oportunidad para recogerlo en clave jurídico – político/diplomática, dado que el fallo no implicó no avanzar en conversaciones tendientes a una Buena Vecindad, no lograda desde el inicio del líbelo internacional.

¿Puede un presidente de Bolivia no hacer referencia a la cuestión marítima en estos foros, más cuando es un comportamiento de política exterior/estado asumida desde 1920 con sistematicidad?

Varias y varios calificarían incomprensible desaprovechar, la oportunidad que le entregó la Asamblea General de la ONU al mandatario boliviano para reinstalar ‘la reivindicación marítima’, la cual, no es indiferente para la población de ese país, en el entendido que es uno de los ejes identitarios que permite cohesión social y política interna.

Los más críticos (autoridades chilenas, inclusive), indicaron que ello fue coincidente con una cuestión electoral interna, buscando aún más proyección del Proyecto Político de Desarrollo Nacional boliviano liderado por el presidente Morales (Revolución democrática y cultural). La coincidencia entre el proceso electoral boliviano para este octubre 20 y la celebración de esta 54 asamblea general de la ONU, permitiría la pregunta ¿puede un presidente de Bolivia no hacer referencia a la cuestión marítima en estos foros, más cuando es un comportamiento de política exterior/estado asumida desde 1920 con sistematicidad?

Para Bolivia, en la ‘campaña electoral y sus programas de gobiernos’, lo marítimo, es parte de un mínimo discursivo que los otros candidatos, también utilizan en otras coberturas y momentos electorales[2]. Pero interesa observar más detenidamente el proceso político electoral boliviano y cómo se logra, teniendo, la cuestión marítima un marco de fondo del proceso.

Una primera situación favorable para el actual mandatario boliviano, es que existen candidatos que disputan el mismo argumento. El desafiante mayor, Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana), asumió la primera magistratura después de la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada el año 2003, oportunidad de visibilización en condición de político profesional (ya era un reconocido periodista e historiador). En la vorágine en la que gobernó, un anclaje de singularización que le fue útil, estuvo en la fórmula ‘gas por mar’ y la organización de un plebiscito, donde les preguntó a bolivianas y bolivianos qué hacer con el Gas Natural de Tarija y otras reservas, respecto de la reivindicación marítima hacia Chile[3]. Posteriormente, en la estrategia jurídica del oficialismo MASISTA, Carlos Mesa, aceptó ser vocero de la causa marítima, recorriendo el mundo y Bolivia explicando en qué consistía, haciendo entrega de los instrumentos oficialistas, a quien pudiera y quisiera recibirlos (libro del mar, entre otros). Carlos Mesa… es un natural candidato presidencial, no sólo porque ya había sido Presidente, sino porque encarna toda una Bolivia, de clase media y alta (y alguna popular) con prestigio interno y alto nivel de conocimiento al interior del país, y problematizador convencional e inteligente de la causa marítima.

El tercer aspirante, el Senador Oscar Ortiz Antelo, vinculado a las elites cruceñas (7,8%) y al regionalismo autonómico tan propio de Bolivia, no reflejaría toda la intención de votos buscada por esta condición que lo singulariza, dado que tanto Morales y Mesa, en cuanto líderes nacionales, permean Santa Cruz, obteniendo el favor del electorado (36,2% y 26,9%, respectivamente)[4]. La geografía política electoral gestionada por el MAS y Evo Morales en la Media Luna, le ha sido favorable en intención de votos (prioritariamente, en Santa Cruz), producto de la aplicación de política pública en diversas sectores sociales como también por acuerdos logrados con algunas de las élites regionales, pudiéndose proyectar el influjo político electoral correspondiente. El Senador Ortiz Antelo, tiene una muy activa biografía referida a la defensa de las autonomías regionales[5], contraponiéndolo con el gobierno plurinacional MASISTA e inclusive con la aspiración presidencial de Carlos Mesa, interpretándose su participación como la oportunidad de conseguir la mejor ‘performance electoral’, en cuanto votos y proyección política, sin necesariamente tener en su horizonte ser el presidente electo, pero sí convertirse en el claro referente regional, quizás, con pretensión nacional/autonómica futura[6].

Ortiz Antelo es funcional a Morales, dado que impide el fortalecimiento de Mesa, facilitándole a Morales lograr el umbral del 40% de los votos con una diferencia de más del 10% con la siguiente mayoría, bloqueando la segunda vuelta, donde Mesa, SI podría dar una sorpresa (sin perjuicio del último sondeo consultado). Y ello puede ser una realidad, según el último sondeo entregado por CIESMORI al diario El  Deber, permitiendo avizorar una distancia de 9,3% entre el primero y el segundo en la intención de voto, cuestión que si se suma al Blanco/ninguno (6,2%) y no sabe (9,4), permitiría afirmar que Evo Morales ganaría en primera vuelta.

Finalmente, aparece el coreano – boliviano, Chi Hyun Chung, con un 5,8% de intención de votos, el cual impactaría la candidatura Ortiz Antelo quien baja de 12% a 7,8%. Este pastor presbiteriano que ha fundado 70 iglesias en Bolivia con intensa vinculación con Corea del Sur, vino a reemplazar al ex presidente Jaime Paz Zamora en el Partido Demócrata Cristiano, haciendo del discurso cristiano y sus posturas misógenas e intolerantes contra las comunidades LGTB uno de sus ejes para enfrentar al oficialismo y a sus otros competidores, según se colige de su discurso. Este outsider de la política boliviana, es la sorpresa a un mes de oficializarse su participación en la justa electoral en la intención de votos, tras reemplazar a Paz Zamora.

El análisis, necesariamente, debe considerar la elección de senadores y diputados, la cual se celebra en el mismo momento, siendo, según último sondeo una incógnita, dado que en senadores, se proyectaría una intención de votos que le quitaría la mayoría al oficialismo bajando de 29 a 20, no teniéndose aún una claridad en diputados. Cabe indicar que la elección de senadores se logra por medio de territorios electorales departamentales, los cuales escogen 4 senadores por departamento vía sistema proporcional fórmula D’ Hont, siendo 36 en total y 130 diputados, los cuales se logran por medio de tres bandas, esto es, uninominales, plurinominales y especial, que según constitución y ley electoral aseguran democracia representativa, directa, comunitaria e intercultural[7]. Esta situación territorial, de eventual pérdida de mayorías en ambas cámaras permitiría otro grado de incertidumbre en la elección presidencial, no vista en las otras justas electorales, que unido a la alta cantidad de indecisos (15,6%), proyecta una competitiva y polarizada campaña y elección boliviana, no sólo para el ejecutivo sino que también para el legislativo. ¿Implica debilitamiento del MAS?

Uno de los ejes determinantes del actual proceso electoral, viene de la voluntad fallida de Evo y el MAS de perseverar en la primera magistratura más allá de lo que permite la constitución, esto es, dos periodos consecutivos. Ello, se constató el 21 de febrero del año 2016, cuando se preguntó a bolivianas y bolivianos, vía referéndum, sí aceptaban o no una nueva reelección, cuestión que así era, obligaba la modificación de la constitución para permitirlo. El referéndum lo perdió ajustadamente donde el NO alcanzó 51.3% aprox., y el SI, un 48.7%. Sin perjuicio del resultado, igualmente se perseveró por medio del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el cual lo habilitó para re-postularse por ser un derecho humano volver hacerlo para un cuarto periodo (e indefinidamente, tras resolución del Tribunal Constitucional Boliviano)[8], hecho que ha despertado una serie de desconfianzas y críticas a todo el proceso, marcando un clivaje electoral de consistencia argumental funcionales a las candidaturas de la oposición, representadas por Carlos Mesa con su referente Comunidad Ciudadana y por el Senador Ortiz Antelo con ‘Bolivia dice NO’. A este clivaje, se agregan las sistemáticas denuncias de corrupción, propias de un gobierno que ha estado por más de diez años ininterrumpidamente en la primera magistratura boliviana.

Por otra parte, la coyuntura del incendio amazónico, colocó en tensión otra vez las definiciones del proyecto de desarrollo boliviano, cual es comunitario/originario, teniendo en el cuidado del medio ambiente un importante eje articulador. El mismo está anclado en los pueblos originarios, que si bien, se proyecta desde el mundo andino con la idea del Buen Vivir, también en la Amazonía encuentra un objeto de aplicación, que hoy, en cuanto espacio geográfico también ancestral, no sería tratado en consecuencia, a propósito de las quemas que habría autorizado el decreto presidencial del 09 de julio (chaqueo o quema controlada), para el cultivo de alimentos funcionales a pequeños campesinos. El incendio amazónico, concentró la resistencia de los ambientalistas, dada su mala gestión, imbricándose con las recientes movilizaciones sociales nacionales y regionales vivenciadas en Santa Cruz (los cívicos), donde junto con manifestar preocupación por la cuestión ambiental-incendiaria, también colocó atención a la posibilidad de desconocer los resultados si es que Evo Morales ganaba con fraude electoral, más cuando se convoca a un voto de castigo al actual mandatario, llamando a profundizar la idea del federalismo, situación que el actual proyecto de desarrollo nacional busca minimizar. Ello, independiente de la baja de Ortiz Antelo

Las próximas elecciones bolivianas se desarrollan en un ambiente de polarización, teniendo entre los cuestionamientos: a.- la legitimidad de la candidatura de Evo Morales, b.- más la cuestión incendiaria-amazónica en Chiquitanía (Santa Cruz), c.- agregándose las sistemáticas denuncias de corrupción del actual régimen. En este escenario, es la bonanza económica lograda por el régimen, vía explotación de sus recursos naturales (Commodities), la que le aseguraría ganar en primera vuelta, e incluso segunda vuelta. Otro factor que le ayudaría es la incertidumbre que proyecta el proceso argentino, como también el ecuatoriano, donde las comunidades resisten las medidas implementadas por sus gobiernos, siendo el caso ecuatoriano muy sintomático, dada su mayoría de población indígena. Evo, ya indicó que no quiere para Bolivia, lo que se vive en Argentina[9].

Finalmente, la causa marítima, gestionada en la CIJ de la Haya, arriba comentada, puede entendérsele como uno de los éxitos políticos del proyecto MASISTA, en tanto y cuanto logró indianizarla, plurinacionalizarla y constitucionalizarla, complejizándola en cuanto pivote/imaginario identitario global de Bolivia. Esta situación de éxito, para esta justa electoral, irónicamente, no se constituyó en un clivaje electoral positivo, como se habría buscado para la candidatura de Evo Morales, muy por el contrario, se transformó en circunstancia positiva  para las candidaturas desafiantes (Carlos Mesa y Ortiz Antelo), ya que sin renunciar un ápice a la reivindicación marítima, inclusive en la problematización que se logró, desde la crítica de la gestión de la misma, permitió anular el efecto sobre la candidatura de Evo Morales. En esta línea Eduardo Rodríguez Veltzé, Embajador de Bolivia en el Reino de los Países Bajos y agente ante la Corte Internacional de Justicia, contribuye a colocar en valor, uno de los preceptos del fallo de la CIJ, que hace referencia a la Buena Vecindad con Chile, por medio del derecho internacional, esbozando una crítica a la estrategia emprendida por el Estado Plurinacional Boliviano, sin perjuicio del discurso del presidente en la ONU

¿Qué pasará en Bolivia electoralmente?, es una incógnita. Está demostrado que los estudio de opinión pública en oportunidades han fallado en sus predicciones, sembrando la sospecha en la ciudadanía y sistema político. Si el resultado es ajustado, existirán querellas de fraude (¿y si es holgado?) y corrupción en los órganos institucionales que cuentan votos y los validan, producto de la polarización existente, entre otras variables que seguramente se esgrimirán para deslegitimar una primera vuelta. Si hay una segunda vuelta, se proyecta la misma tensión.

En este orden de procesos políticos – electorales, la cuestión marítima, saldrá incólume en cuanto rasgo identitario de Bolivia, y más consistente, para continuar su gestión/problematización.

[1] Ver en http://www.la-razon.com/nacional/demanda_mar%C3%ADtima/Demanda-Maritima-Diremar-CIJ-controversia_0_3227677251.html
[2] Revisando los tres programas de gobierno de las tres mayorías en intención de voto que se consignan en esta opinión, aparece la cuestión marítima.
[3] Célebre fue la interpelación que le realizó al mandatario chileno Ricardo Lagos Escobar en una reunión de la OEA, obligándole a este último una réplica también interpeladora,  https://www.europapress.es/chance/gente/noticia-cmonterrey-presidente-chile-ofrece-bolivia-reanudar-relaciones-diplomaticas-20040113205031.html
[4] Ver más en https://www.eldeber.com.bo/contenidos/2019/10/09/noticia_9555.html
[5] Ver más en http://oscarortiz.com.bo/biografia/
[6] Ver más en https://cia.bo/las-caras-ocultas-del-21-f-oscar-ortiz-operador-politico-de-la-derecha/
[7] Ver más en https://www.lexivox.org/norms/BO-L-N26.xhtml?dcmi_identifier=BO-L-N26&format=xhtml
[8] Ver más en https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201812051083939181-consecuencias-de-la-habilitacion-de-candidatura-de-evo-morales/
[9] Ver más en http://w